Apoyad el plan de Dios, 3 de agosto
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:10.
No debemos considerar como propios los bienes que manejamos, con los cuales podemos hacer como nos place. Pertenecen al Señor, y debemos administrarlos de acuerdo con el plan prescrito por él.—The Review and Herald, 21-6-1898.
Dios quiere que todos sus administradores sigan exactamente las instrucciones dadas. No deben burlar el plan de Dios haciendo algunas obras de caridad, presentando un obsequio o dando alguna ofrenda, en el momento y en la forma como ellos, los agentes humanos, lo ven conveniente. Dios ha dado a conocer su plan, y todos los que colaboren con él lo llevarán a cabo en lugar de atreverse a cumplirlo según su propia conveniencia... Dios los honrará y trabajará para beneficio de ellos, porque tenemos su promesa de que abrirá las ventanas del cielo y derramará sus bendiciones en forma más abundante de lo que podemos recibir.
Es una mala práctica de los hombres procurar mejorar el plan de Dios... Debemos calcular fielmente el diezmo, y luego decirle al Señor: He hecho como me has ordenado. Si quieres honrarme confiándome tus bienes para que yo negocie con ellos, por tu gracia seré un fiel administrador y me esforzaré definidamente para que haya alimento en tu casa...
Las personas que tienen grandes responsabilidades comerciales deben asegurarse de que no roban a Dios en lo más mínimo, como se dice en Malaquías. Allí se nos dice que reciben bendición los que devuelven fielmente el diezmo, y maldición los que lo retienen codiciosamente.—Ibid.